Miércoles 23 de mayo de 2012 / Santa Fé, Ciudad de México
Alrededor de las 11:00 del día se reportó un incendio en la parte baja de un edificio de 10 niveles, ubicado en avenida Vasco de Quiroga #51, en la zona de Santa Fe, conocido como Torre Decus, el cual cerca del mediodía fue controlado.
Un cortocircuito fue lo que originó un incendio en el segundo estacionamiento de la "Torre Decus", en Santa Fe, en la Ciudad de México, frente a la Universidad Iberoamericana y que provocó un rescate espectacular de 200 personas que se hallaban en el inmueble; algunos de ellos estuvieron a punto de morir intoxicados.
Relámpago en pleno rescate |
El humo no les permitía respirar; tuvieron que mojar ropa y trapos para tapar su nariz. Algunos, desesperados, tomaron sillas y lo que encontraron a la mano para romper las ventanas en busca de oxígeno.
“La vimos cerca. Pensamos que ese era nuestro fin, nos quedamos sin oxígeno y ya no podíamos hablar”, relata Fernando Romero, quien junto con su esposa Maricela se encontraba en el décimo piso cuando el fuego inició en el estacionamiento 2 ubicado en el sótano del inmueble con el número 51 de prolongación Paseo de la Reforma, en Santa Fe.
Servicios de Emergencia en Torre Decus |
El espeso humo, provocado aparentemente por un cortocircuito, subió y ya no permitió la salida de quienes estaban en los pisos más altos. En la azotea de la Torre Decus empleados pedían auxilio, gritaban desesperados que los sacaran. Tres helicópteros llegaron al rescate.
Un Relámpago de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), del Estado de México, fue el primero en llegar y rescatar de una en una, a cinco personas; dos aeronaves de los Cóndores, de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) se encargaron de ocho.
“Tranquilícense, ya estamos aquí, los vamos a ayudar”, dijo José Alberto Hernández Guevara, del Agrupamiento Cóndores, para calmar a las personas atrapadas.
Cóndor evacuando personas |
El humo, el calor, el viento y el reflejo del techado de lámina, con un declive de 45 grados, provocaban inestabilidad, y hacía muy arriesgado el rescate para los helicópteros.
Alberto Hernández y el piloto Jaime Murguia iban en una nave; antes de llegar al lugar acordaron con el director de los Cóndores la estrategia para acercarse a las personas en riesgo.
En tres minutos subieron a dos mujeres y a un hombre. “Todo va a estar bien, tranquilícense”, les decía el operador táctico en aeromedicina Hernández Guevara “a las damas que desesperadas, lloraban”.
“No sabíamos cuánto iba a soportar el peso, y por eso no podíamos aterrizar por completo”.
Por ello, un solo “esquí” de la aeronave fue colocado en el techado, y al comenzar el diálogo con las víctimas, surgió otro temor: “que quisieran subir a la nave al mismo tiempo; el techo no era seguro y no sabíamos qué tan débil podía estar”, afirma el piloto.
Aparentemente el miedo a subir al helicóptero generó que nadie quisiera ser el primero.
El Jefe Cóndor Francisco Támez explica que desde abajo se veía a las aeronaves estables, pero en realidad se movían. Lo difícil fue mantener el vuelo para que lo abordarán.
El agrupamiento decidió hacer ese tipo de rescate y el rapel (enganchando a las víctimas), como lo hicieron sus colegas del Estado de México.
Otras 40 personas se concentraron en el sexto piso donde los bomberos abrieron un boquete. Las bajaron con arneses y cuerdas y otros, por unas escaleras de los bomberos.
“Nos dijeron que evacuáramos, pero el humo nos sorprendió y ya no pudimos bajar. No había luz, no había elevador y nos empezó a asfixiar, mojamos las playeras y trapos y nos colocamos en el suelo”, comenta Fernando Romero. Cuando estaban a punto de quedarse sin oxígeno llegaron los bomberos y los rescataron por la parte trasera del edificio.
El humo llegó hasta la azotea del edificio de 10 pisos |
No había escaleras de emergencia, explica, mientras él y su esposa eran atendidos.
José Luis Madrid también estaba en una oficina, pero del piso 10, y recuerda que tuvo que calmar a un compañero que, desesperado, empezaba a gritar y quería correr.
Él y su compañero fueron arropados por los bomberos. Ayer, no había limpiado el tizne de su rostro, pese a que ya había pasado el peligro . Agradeció la intervención de los cuerpos de rescate, pues de lo contrario “habría fallecido ahí”.
Fabiola Sibaja paramédico del Escuadrón de Rescate y Unidad Médica (ERUM) comentó: “Nos acabamos cuatro tanques de oxígeno y Atendimos a cuatro bomberos”.
El policía Francisco Robles ayudó a salir a seis. Mojó un trapo y entró al rescate. Al final, estaba exhausto, igual que todos los que ayudaron.
Las personas rescatadas fueron atendidas en el estacionamiento de la Universidad Iberoamericana por Paramédicos de Iberomed Voluntarios y personal de Cruz Roja y de la misma Universidad.
Se hicieron presentes en el lugar, los Paramédicos de Iberomed: Víctor "Maverick" Figueroa, Armando "El topo" Fernández, José Luis González y Xavier Romero los cuales a bordo de la
primer unidad en llegar a la escena, la ambulancia IB-03 de Iberomed, dándo atención a pacientes de prioridad, recepción de evacuaciones aéreas y traslado de lesionados.
El saldo del incendio es de una mujer con quemaduras de 2do grado, quien ya fue trasladada al hospital, así como de 13 intoxicados por humo y alrededor de 200 evacuados sin daños mayores.
Saludos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario